Todos sabemos que el sexo vende y que Hitler también, pero en menores cantidades. Parece que los publicistas nos han demostrado que una combinación de ambas puede resultar una arma letal.
Y dónde hay un malo, no faltan Saddam Hussein y Stalin.
Aunque por un lado los anuncios están muy bien elaborados son también algo ofensivos. No me gustaría tener sida y estar rodeada de carteles acusándome de ser asesina de masas. Pero bueno, supongo que el mensaje más profundo llega a nuestros corazones.
A ver lo que tiene que decir el Papá sobre todo esto... Esperaré paciente su respuesta.
Amén.
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